Desde que poseo un criterio político sólido luego de que duré bastante tiempo aprendiendo sobre política, economía y política internacional, encajo en la parte inferior a la derecha en el diagrama de Nolan, o sea, defiendo la autoridad del gobierno (en palabras venezolanas, la mano dura) y las libertades económicas (dónde radica la verdadera libertad del individuo). De hecho llegué a comparar mi posición con la estimada para Marcos Perez Jimenez, y resulté incluso más autoritario que él.
Resalto que no soy demócrata, de hecho, creo que se debe construir un sistema en base al sufragio completamente nuevo, dónde dependiendo de los años trabajando de una persona esta tenga más puntos, dependiendo de los títulos e investigaciones acreditadas tenga más puntos, y que desde los 75 años en adelante no puedas votar... pero eso es otro tema, además de obviamente modificar los requisitos para ocupar cargos públicos, cómo reducir el tamaño del gobierno, en el ministerio de economía solo podrán estar trabajando los mejores economistas del país, en el de salud los mejores médicos y psicólogos, en el de educación los mejores educadores, pedagogos y profesionales... un país dónde el mérito funcione.
Aunque este no es un articulo para hablar de mi anhelada sociedad orientada a la ciencia, trabajo y educación, sino para hablar de que el ser humano de a pie sobrevalora la libertad de expresión y de hecho, prefieren vivir en el 3er mundo pero con la capacidad de insultar a sus gobernantes sin sufrir ninguna pena, que vivir en el mejor país del mundo pero dónde no puedan dar su opinión política.
También me encuentro con personas que incluso habiendo vivido en las consecuencias de ese libertinaje o en países tan decadentes cómo el mío, aún así encuentran motivos para criticar sistemas como los de Singapur, o mirando al pasado, encuentran argumentos irracionales, netamente sentimentales y vacíos con los que cargan en contra de dictaduras como las de Pinochet o Perez Jimenez. Lo que canta el pájaro para ser libre en una selva sin comida, sólo para no cantar dentro de una jaula de oro.
Entiendo los argumentos por el simple hecho de que son completamente irracionales, ya que si desarticulas todos los componentes que hicieron a esos gobiernos exitosos o lo que ha hecho tan prospero el gobierno de Singapur y si los muestras de forma individual, estarán de acuerdo con todo menos con la persecución política, es decir, son capaces de tirar 99 cosas buenas a la basura solo por 1 cosa con la que ni comulgan, ya que tampoco es que sean ciudadanos anárquicos que pretendan destruir todo, pero las bases que hacen al ser humano un animal completamente ilógico y estúpido, es que el hecho de que le prohíban hacer algo que ellos no tengan planeado hacer, o en su defecto, que te den la orden de hacer algo cuando ya tenías planeado hacerlo ¿A que nos enoja que te den un consejo para mejorar algo cuando ya tenías planeado hacerlo de ese modo? pues es lo mismo.
Por la magnitud de la irracionalidad detrás de sus palabras es que ni siquiera les presto atención, está completamente sobrevalorado. Los pueblos Latinos no necesitan libertad, necesitan orden, un pueblo latino con libertad es el equivalente de un chimpancé con una navaja en la mano. Latinoamérica necesita orden durante las suficientes generaciones para que cuando obtenga libertad sepa que hacer con ella, no se puede empujar a un infante para que corra cuando este está aprendiendo a caminar, se va a caer y joder todo, igual pasa con la tan ansiada libertad que anhelan nuestros pueblos llenos de ignorancia colectiva.
La libertad cuando te la otorgan personas que van a abusar de ella, es el equivalente a que liberen a un animal en un bosque que no tiene recursos. Cuando personas y entidades competentes dirigen la nación en la que vives haciendo uso de la autoridad, es el equivalente a que estés dentro de las mejores reservas naturales privadas así estás tengan reglas ya que de hecho, esas sociedades tan útopicas para la mente del latinoámericano que desea orden, funcionan es gracias a la cantidad de reglas que poseen.
La libertad de expresión está sobrevalorada.
Gustavo A. Nouel Yepez. 19/10/2020
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